Hugo Molina Botrán
Las normas o esquemas de certificación, además de ser un requerimiento específico del mercado, surgen como lineamientos para la homologación de procesos productivos que facilitan, tanto a las empresas productoras como a los comercializadores y distribuidores.
Existen una gran cantidad de normas de certificación generadas por diferentes organizaciones acreditadoras que buscan la estandarización de los procesos en distintos giros productivos, una norma básica y de las más empleadas es la ISO 9001que se basa en un sistema de gestión de calidad para dar cumplimiento de los procesos operativos estándar documentados dentro de la organización.
Sin importar si se trata de palma o banano, estos esquemas aportan un sin número de beneficios a las plantaciones. Dentro de ellos destacan, que guían a la operación en la implementación y continua aplicación de los requerimientos de mercado, convirtiendo el sisma de gestión operativo en la nueva forma de trabajo, vinculando a todos los niveles de la organización, desde la dirección empresarial hasta los operativos de la producción.
La implementación de cualquier norma de certificación en las operaciones agrícolas necesita de un diagnóstico de cumplimiento, mediante el cual se definen aquellos procesos que se deben adecuar a los requerimientos de la norma en evaluación. Luego de esto se define un plan de acción de cierre de brechas, que requiere de un proceso de capacitación y comunicación con todos los niveles de la organización para garantizar que los requerimientos sean comprendidos y posteriormente implementados generando registros operativos de verificación documental.

Las evaluaciones contemplan tres aspectos en el alcance de verificación de cumplimiento, el documental en registros operativos, las inspecciones en sitio que demuestre la implementación y entrevistas con personal operativo y administrativo que valide la comprensión y competencias para la aplicación de los requerimientos de la norma.
Al momento de seleccionar una norma de certificación, es importante que se conozcan las tendencias del mercado y se mantengan acercamientos con los clientes para identificar qué esquemas de certificación solicitan los mercados para exportación, o incluso los requerimientos del consumidor final.
Además, es importante alinear la estrategia empresarial a esquemas de certificación que fortalezcan la operación en productividad, rentabilidad y mantenimiento de la reputación organizacional.
Al hablar de Guatemala, las normas que prevalecen en las plantaciones agrícolas generalmente promueven las buenas prácticas y fortalecen las operaciones para garantizar una producción inocua desde campo hasta los procesos post cosecha con buenas prácticas de manufactura.
Por otro lado, también existen certificaciones con conceptos más amplios, como la producción sostenible que incorporan la administración responsable de los recursos naturales, que debe ser socialmente justa para garantizar la continuidad de las operaciones empresariales.
La inversión en certificaciones se ha convertido en uno de los rubros más importantes de las operaciones agrícolas guatemaltecas, ya que logran evaluar en un mediano plazo, la retribución directa de los costos operativos de la operación.
Buena tarde, excelente información,
Gracias por el aporte de sus conocimientos
Siga adelante
Saludos
Gracias