Por: Hugo Molina Botrán
La industria de palma de aceite es muy amplia. Muchos de los productos que se utilizan a diario en los hogares y empresas, contienen aceite de palma, una grasa vegetal versátil, que posee la mayor productividad por unidad de área y que es sumamente atractiva en los diferentes procesos de la cadena industrial.
En la producción de aceite de palma, los encadenamientos se inician desde la proveeduría de servicios directos al negocio, como transporte de materias primas, personal y construcción de infraestructura. De forma indirecta, dependiendo de cada operación será la magnitud de requerimiento y forma de servicios de alimentos, mantenimiento y hospedaje.
Es recomendable que dichos servicios de proveeduría se desarrollen en las áreas periféricas de las operaciones para que así los territorios aledaños se beneficien económicamente.
En Guatemala, se han hecho esfuerzos para generar encadenamientos productivos a baja escala, sin embargo, se ha propiciado únicamente el tema económico sin medir los impactos directos en las comunidades ubicadas en los territorios productivos. Existe una gran oportunidad para la diversificación productiva y de servicios en los diferentes territorios del país para promocionar el modelo de economía circular y potenciar las exportaciones de productos no tradicionales.
Las mayores limitantes que presenta la creación de encadenamientos productivos en el país, es una regulación normativa actualizada, que responda y genere un marco de promoción de las economías comunitarias.
Otra limitante son los niveles educativos en el área rural, ya que hacen falta centros de capacitación técnica con un enfoque de producción local, por último, el modelo tradicional centralizado hacia la ciudad capital o cabeceras departamentales hace cada vez más difícil promocionar el desarrollo rural desde una visión agropecuaria y orientarla a la transformación primaria.
Dentro de este tema es importante resaltar que hay una gran ausencia en la promoción del desarrollo rural del país. El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) ha desaparecido programas de extensión rural de atención permanente a los diferentes tipos de productores agrícolas.
Los agricultores son libres de producir lo que les parezca más rentable, pero el MAGA tiene la responsabilidad de promover cultivos que garanticen la disponibilidad alimenticia en el país, con una orientación de satisfacer los requerimientos nutricionales de las poblaciones y de identificar los mercados potenciales para la comercialización de los excedentes de las producciones en tiempo y momento, acorde a los diferentes tratados de libre comercio.
En los últimos 20 años, Guatemala ha sido sobre diagnosticada, ya que muchos departamentos o unidades de ministerios, incluida la cooperación internacional, han generado diversos estudios situacionales de la ruralidad del país, sin embargo, existen pocos planes enfocados a la promoción de desarrollo territorial en las dimensiones agroindustriales, turismo e industrialización hacia un modelo inclusivo que fortalezca las competencias de las poblaciones rurales y reduzcan la brecha entre mano de obra no calificada y la técnicamente calificada.
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